15 abr. 2025

“La corrupción y la impunidad carcomen a la sociedad”, denuncia el obispo de Caacupé

Monseñor Ricardo Valenzuela llamó a la ciudadanía a rechazar la mafia de los pagarés y a exigir justicia en su homilía de Domingo de Ramos. “La máxima corrupción de un pueblo es la corrupción y la impunidad. Esto nos lleva al abismo”, expresó.

En su homilía de Domingo de Ramos, que dio inicio a la Semana Santa, el obispo de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, lanzó una dura crítica a la corrupción que aqueja al país, destacando la impunidad como una de las peores lacras que destruyen la moral de la sociedad. En su discurso, Valenzuela centró su atención en lo que calificó como “la mafia de los pagarés”, un esquema fraudulento que afecta a miles de trabajadores, a quienes se les manipulan o falsifican pagarés con fines de estafa.

“La máxima corrupción de un pueblo es la corrupción y la impunidad. Esto nos lleva al abismo”, reflexionó el obispo, al referirse al peligro que representa la aceptación pasiva de estos actos delictivos.

Monseñor Valenzuela explicó cómo este sistema de falsificación de pagarés se ha convertido en una de las formas más comunes de estafa, dejando a miles de asalariados endeudados con sumas que, a menudo, desconocen cómo llegaron a acumular. "¿Cuánta gente inocente se despertó un día con una deuda millonaria sin saber de dónde vino?”, cuestionó ante los feligreses.

En su mensaje, también denunció otro tipo de corrupción profundamente arraigada, como el uso de reposos médicos falsificados, que fueron recientemente detectados en más de 100 casos. Estos actos, según el obispo, son solo una muestra de “las lacras que siguen carcomiendo nuestro país” y que parecen no tener fin.

Lo más alarmante, según Valenzuela, es que la sociedad haya llegado a un punto en el que la impunidad se ha normalizado, permitiendo que estos crímenes continúen sin consecuencias. “Hay que hablar, hay que denunciar. Tenemos que repudiar toda esta situación y exigir que los responsables paguen por sus actos”, instó el obispo, haciendo un llamado a la acción y a la exigencia de justicia.

Valenzuela también recordó a los presentes que el robo es un delito grave que debe ser castigado con la privación de la libertad y la restitución de lo robado. Sin embargo, instó a la población a no perder la esperanza en la lucha por el bien común, destacando que la búsqueda de una vida digna para todos los paraguayos es el fin último.

Más de esta sección