Una mujer de 34 años aseguró haber recibido un diagnóstico equivocado de VIH tras un parto por cesárea en el Hospital Los Ángeles de Ciudad del Este. Inicialmente, uno de los dos test rápidos realizados dio positivo, pero una prueba confirmatoria de sangre descartó la enfermedad. La paciente también denunció haber sido recriminada públicamente por una médica, quien afirmó que había abandonado un supuesto tratamiento en el Pronasida hace 8 años.
Luego de dar a luz, su hija fue alimentada con leche del banco del hospital debido al diagnóstico preliminar, mientras que tanto el padre como la recién nacida se sometieron a pruebas que también dieron resultados negativos. La afectada niega haber sido paciente del Pronasida, aunque los registros del programa señalan lo contrario.
El director del hospital explicó que, ante un test rápido positivo, se activa un protocolo que incluye pruebas confirmatorias. Aseguró que solo un test rápido dio positivo, mientras que el resultado final de laboratorio fue negativo, descartando el VIH. La mujer, quien admitió no haber realizado controles prenatales, pidió resguardar su identidad para evitar alarmar a sus familiares.