En declaraciones breves a la prensa, Rachid dejó en claro que el presidente Santiago Peña estaba al tanto de la situación y subrayó que no consideraba un “papelón” lo sucedido, sino un “cambio para bien”. La reculada del Gobierno se produjo después de que el Consejo de Defensa Nacional (Codena) anunciara que Paraguay solicitó dejar sin efecto la nota enviada por Rachid, en la que notificaba la culminación del programa SIU, dependiente de la DEA.
El ministro explicó que la decisión de suspender el programa se debió a que estaban trabajando en una reestructuración, pero que el Gobierno optaba por una coordinación más centralizada, con liderazgo paraguayo. La medida había provocado una respuesta inmediata de la DEA, que solicitó un inventario de los programas en marcha.
Rachid también había sido el encargado de comunicar a la Embajada de Estados Unidos sobre la finalización del programa, lo que generó un clima de incertidumbre y tensión con el organismo estadounidense.
Por otro lado, algunos senadores de la oposición, como Esperanza Martínez, cuestionaron la gestión de Rachid y sugirieron que el ministro debería dar un paso al costado “por dignidad”. Sin embargo, el titular de la Senad se retiró rápidamente sin ofrecer más declaraciones a la prensa.