La mayoría de las rejas han sido sustraídas, dejando en evidencia la falta de control por parte de la Policía Nacional. Irónicamente, el puesto policial cercano estaba desocupado hasta que un equipo de prensa de NPY acudió al lugar, lo que motivó la presencia de agentes posteriormente.
Vecinos denuncian que los casos de inseguridad en el área son frecuentes, agravados por la escasa iluminación y la acumulación de maleza, lo que facilita la actividad de los delincuentes.