La requisa comenzó a las 07:00 de la mañana de este miércoles y tuvo como objetivo desmantelar las actividades del Clan Rotela, que continúa operando dentro de las cárceles del país. Según el informe oficial, los internos separados estaban intentando reagrupar a los miembros de esta facción criminal, que quedó debilitada tras el operativo Veneratio, que permitió el traslado de su líder, Armando Javier Rotela, desde la cárcel de Tacumbú.
Durante el procedimiento, los guardiacárceles incautaron varios objetos prohibidos, entre ellos teléfonos celulares, drogas y armas de fabricación casera.
Los 15 internos serán reubicados en otras penitenciarías del país, según informaron fuentes cercanas al operativo.
A pesar de la sobrepoblación carcelaria que afecta a la mayoría de las cárceles del país, la Penitenciaría de Villarrica se encuentra en una situación relativamente favorable, con una población actual de 235 reclusos, dentro de una capacidad de 290. Esto la convierte en uno de los pocos centros penitenciarios que no están en situación de hacinamiento.
El país enfrenta una crisis carcelaria, con una población de más de 18.000 internos, casi el doble de la capacidad real de las 20 cárceles habilitadas, lo que ha incrementado el poder de los grupos criminales dentro de las prisiones.
