El oficial fue identificado como Éver Mendoza Giménez (25), quien fue aprehendido tras ser sindicado como uno de los sospechosos del crimen de su pareja que fue encontrada sin signos de vida y una herida profunda alrededor del cuello, presuntamente causada por un cuchillo de mesa con hoja metálica y mango de madera encontrado a unos 40 centímetros del cuerpo.
Tras el hallazgo del cuerpo, se confirmó que el sospechoso, quien prestaba servicios en la comisaría de Tuparendá y se encontraba de vacaciones, se dio a la fuga hacia la frontera con Argentina. Sin embargo, gracias a un trabajo de inteligencia y la intervención del subjefe de la comisaría de Tuparendá, el oficial fue convencido de regresar a Paraguay para ponerse a disposición de la Justicia.
Al ser aprehendido, el oficial confesó haber matado a la joven, admitiendo que había planificado el crimen tras supuestamente descubrir una infidelidad. Según su propia declaración, la mañana del crimen se dirigió a la terminal donde la joven llegó desde la zona de Coronel Oviedo. Allí, la interceptó, la tomó del cuello y consumó el horrendo hecho. Inmediatamente después, huyó hacia Argentina.