Perseverancia, lealtad y juegos; los ingredientes para formar a un héroe peludo

Perseverancia, lealtad y juegos; los ingredientes para formar a un héroe peludo

El adiestrador de canes de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), suboficial de Infantería de la Marina Víctor Acuña Thomen, refirió que adquiere a los cachorros con un adiestramiento básico.

Esta primera guía se trabaja desde cachorros, desde el primer mes de vida y hasta que cumplan un año, son fortalecidos psicológicamente. Suelen ser castrados para que cuando crezcan no se desconcentren por la etapa de celo.

«Hacen ejercicios de engrandecimiento de impulso, se les lleva a conocer distintas superficies, se les mete al agua para fortalecer al perro, cazan y también le incitamos el deseo de jugar a cambio de recompensas que pueden ser pelotitas de tenis, toalla o manga especial para las mordidas. Son ejercicios previos», explicó el adiestrador.

Aclararon que se selecciona al animal de acuerdo a la funcionalidad, a las características físicas, psicológicas, su temperamento e impulsos naturales de buscar, cazar o morder objetos. También se observa el coraje del perro, que no tenga miedo.

Los mismos tienen cuatro meses de adiestramiento con un guía. A partir de los un año esta persona y el perro inician el trabajo en pareja de forma independiente.

NOTA RELACIONADA: ¡Listo Ala! Hora de un descanso

«Para los perros utilizamos tres tipos de recompensas: La física que es cuando se acaricia al perro, la verbal que es felicitarle por su trabajo como un «muy bien», «bien, bien» o «vamos, vamos» y la recompensa material que suele ser una pelotita de tenis. Para la mayoría es lo más precioso que pueden conseguir cuando el perro llega al foco de olor y descubre la sutancia», continuó.

Una vez de que haya detectado la carga ilícita, el perro juega mientras sus dueños están trabajando en la extracción de la droga.

«Ahora mismo tenemos 14 canes, tres de ellos perros en etapa de formación.
Las razas son pastor belga malinois, pastor alemán tradicional, labradores negros y amarillos, así como el pastor alemán sable.

Lejos de la creencia, al can antidroga en ningún momento se le dopa para que posteriormente reconozca la sustancia. «La guiamos mediante técnicas de impregnación del olor de la sustancia por medio de juegos en la caja de adiestramiento, que son cajas con agujeros donde se oculta la sustancia, en donde generalmente utilizamos seudodrogas que se crean en los laboratorios para simula el olor de la droga real sin el efecto narcótico”, expresó Acuña.