Para evitar eventos cardiovasculares graves, los especialistas recomiendan reducir el estrés emocional y mental. Además debe haber un cambio en el hábito de gratificación: En vez de comidas, se podría reemplazar por situaciones familiares, de amor o felicidad, como una salida o alguna actividad.
Cada 29 de septiembre se recuerda el Día Mundial del Corazón para conscienciar sobre los riesgos y las enfermedades. “El nivel de estrés se ha incrementado porque los horarios de trabajo más largos, las familias ya no se reúnen tanto o solamente lo hacen en la noche. El nivel de calidad de relacionamiento es menor. Todo eso lleva a un estrés. La contención familiar que debería existir ya no existe porque hay mucha fragmentación familiar. Entonces los niños quedan solos en la casa porque las mujeres deben salir a trabajar” afirma la doctora Luz Cabral, presidenta de la Sociedad de Cardiología.
El estrés emocional está relacionado a la presión arterial, al aumento de peso por ansiedad y todo este cóctel se convierte en un factor de riesgo. Con mayor frecuencia se da en las mujeres.
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En Paraguay los eventos cardiovasculares son la primera causa de muerte como enfermedades no transmisibles. Otros factores precursores son: la hipertensión arterial, diabetes, obesidad y sedentarismo.
“Hay un componente genético. Las personas nacen con la predisposición, pero el desarrollo de dichas enfermedades depende de las personas y su estilo de vida. Quiere decir que si en tu familia hay hipertensos, lo más posible es que vos seas hipertenso porque genéticamente ya venís preparado para eso. Está en tus manos evitar o retrasar la aparición de la enfermedad” explicó la profesional.
Es muy importante tener en cuenta la reducción de sal. «Somos en la región el país con el nivel más alto de hipertensión. Hay un hábito muy extendido de colocar sal antes de probar la comida, y eso podés verlo si atendés en cualquier restaurante», continuó la doctora. Además de esto, más del 50 % de la población paraguaya no come frutas y verduras.
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Las personas más afectadas son aquellas económicamente activas entre 45 y 50 años. Para esta estadística “los varones están en mayor proporción si lo comparamos con las mujeres antes de la menopausia, tres hombres por una mujer. Después de la menopausia, por encima de los 50 años, se equipara la estadística por la pérdida de protección hormonal.
Cada día hay un paciente infartado y que sufrió un accidente cerebro vascular a consecuencia de todos estos hechos.