Levanta su título universitario a los 77 años

Levanta su título universitario a los 77 años

Roberto Urbieta inició sus estudios de Derecho en el 1964 a los 22 años. Terminando el primer año de la facultad, comenzó a trabajar en el Colegio Saturio Ríos de San Lorenzo en el área administrativa.

La distancia entre el lugar de trabajo y la facultad no era poca cosa. La conjunción de ambas labores terminaban agotando al entonces joven Roberto que no pudo seguir estudiando y optó por trabajar solamente. En aquellos tiempos uno de sus profesores fue el historiador y politico Efraín Cardozo, comentó.

Durante los años de pausa universitaria, Roberto leyó mucho y de todo. Mientras pasaba el tiempo, veía como sus compañeros se recibían. Algunos hasta llegaron a ser Ministros de la Corte y Embajadores, refirió.

Su vida siguió; se casó, tuvo tres hijos y se jubiló. Apenas tuvo tiempo libre y con los hijos ya adultos, volvió a replantearse seguir estudiando.

“Me di cuenta que el tiempo avanza y yo no”. A partir de ahí piensa que es momento de seguir con sus estudios. Así fue que decidió retomar la carrera en la Universidad Nacional de Asunción. Después de 46 años de pausa universitaria, le reconocieron el primer año y volvió a la facultad a los 68 años con la convicción de no parar hasta terminar.

“Mi lema es seguir siempre adelante. Nunca me di cuenta de mi edad” afirmó Roberto.

Es más, se planteó que en caso de aplazo, se inscribiría en otra universidad en forma inmediata para no detenerse y lograr el objetivo.

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En la facultad de Derecho, Roberto encontró a algunos excompañeros del Colegio Nacional de la Capital como profesores suyos. “Nadie hizo tanta cantidad de trabajo práctico extracurricular como yo. Hice como 14 trabajos prácticos individuales”, relató orgulloso.

Roberto se recibió en el 2018 de abogado y hace unos días de notario público con 77 años. Afirma que en el futuro ejercerá la profesión de abogado.

Walter Urbieta, uno de sus hijos, manifestó que la mejor lección de vida que le dio su papá fue que instó a llevar a la acción su ejemplo, sin cintarazos ni regaños.

Además de libros, Roberto tiene también un museo en su casa y es el fundador de la Sociedad de Coleccionistas del Paraguay.