El fallecimiento del conductor y jinetero Gabriel Gabo, su esposa Myrian Fernández y su asistente Luis Alberto Sosa, tras la caída de un eucalipto sobre su vehículo durante el temporal del 24 de diciembre del 2015, fue el detonante para tomar la decisión de derribar toda la plantación que durante 45 años marcaba la entrada a la ciudad de Caacupé.
“Ese accidente no fue el único. Hubo varios y la gente nos pedía darle la seguridad para poder transitar por esa vía”, dijo el intendente de Caacupé Diego Riveros.
Desde el 2018 hasta ahora, se plantaron 500 árboles de lapachos en forma intercalada, blancas y amarillas. Se pretende llegar a 1.500 plantines.
NOTA RELACIONADA: Kurusu peregrino, la cruz que fue instalada tras un milagro
«Habrá un cambio grande en esa zona que se notará con el paso de los años. Será un atractivo importante para Caacupé y Cordillera», dice Riveros.
Este proyecto garantizará la seguridad en el tránsito ya que la franja de dominio, sitio en donde se encuentran los lapachos, están a 25 metros partiendo del punto medio de la ruta. «El alambrado también será cambiado de lugar», acotó Riveros.
Este año aún no se podrán apreciar los lapachos, pero de aquí a unos años promete ser un paisaje que deleitará a los peregrinos en cada festividad religiosa.
El recorrido:
El accidente que obligó la tala: