En 1998 África sufrió una epidemia del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH). Para el tratamiento se requirió antirretrovirales, pero las farmacéuticas en países ricos se negaron a retirar las patentes lo que imposibilitó a la producción masiva de los medicamentos y evitar muertes. 10 años después recién se facilitaron los mecanismos para acceder al fármaco a un precio bajo.
Aparentemente la historia se está repitiendo con el coronavirus. Países de medio y bajos ingresos como India y Sudáfrica piden que la Organización Mundial de Comercio (OMC) libere los derechos para producir masivamente las vacunas contra el coronavirus a un precio accesible.
Reino Unido, Estados Unidos, Suiza y otros países europeos se niegan bajo el argumento de incentivar la investigación y el desarrollo de los medicamentos.
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Esto provoca situaciones de inequidad que en Paraguay se denunciaron: el 75 por ciento de los inmunizados, 200 millones de personas, pertenecen a solo 10 países de primer mundo.
Mientras tanto 130 países que concentran 2.500 millones de la población mundial, no recibieron ni una sola vacuna. «Se han arrebatado las vacunas básicamente diciendo ‘yo primero’ y ‘sólo yo’ y esto no solo es muy injusto, también es una actitud terrible de salud pública», expresó Gavin Yamey, profesor de Salud Global y Política Pública de la Universidad de Duke, Estados Unidos, a la BBC.
La liberación de los derechos de propiedad permitiría controlar los precios y la producción al tener acceso a las fórmulas y tecnología para hacer las vacunas contra el coronavirus y cualquier país podría tener la capacidad de hacerlas.
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Otro mecanismo para permitir esto, es la creación del C-TAP, Acceso Mancomunado a la Tecnología contra la covid-19 por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS). 40 países lo suscriben pero hasta el momento obtuvo pocas respuestas.
«Al día de hoy no se ha compartido ninguna tecnología. No se ha compartido nada. Es decir la cartera de productos en el C-Tap está a cero», explicó Raquel González, responsable de relaciones extrernas de la organización Médicos sin Fronteras.
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La prestigiosa revista médica The Lancet informó que los productores de las vacunas recibieron USD 10.000 millones de fondos públicos y de otros organismos internacionales para financiar las vacunas. 5 de las mayores farmacéuticas recibieron cada una entre USD 957 millones y USD 2.100 millones.
«Los cuellos de botella (en la producción de vacunas) son la capacidad, la escasez de materias primas, la escasez de ingredientes. Y tiene que ver con el conocimiento», justifica Thomas Cueni, director de la Federación Internacional de Productores y Asociaciones Farmacéuticas (IFPMA).