Los abuelos del pequeño Renato y el abogado de la familia, Martín Barba, una vez más dieron detalles de lo acontecido en el sanatorio Migone, donde el niño perdió la vida horas después de ingresar con un cuadro de fiebre y sufrir una convulsión en la sala de observación de urgencias.
Confirmaron que ellos solicitaron la asistencia de una abogada que a su vez recomendó realizar una autopsia inmediata a cargo de Ingrid Rodríguez, que además es patóloga del Ministerio Público.
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Sin embargo, hoy no están conformes con el informe preliminar, que les comunicó verbalmente, y aún esperan un resultado oficial por escrito.
Comentaron que la profesional les indicó que hay tres parámetros importantes para determinar la causa de muerte, pero podía adelantar que una causa podía ser por razones cardíacas, lo que le llevó a sufrir el paro que acabó con su vida.
¿Por qué no están conformes?
Los familiares indicaron que ciertamente el pequeño padecía de una obstrucción en la arteria pulmonar, que con el tiempo podía provocar un problema cardíaco, pero venían realizando el seguimiento médico y no había ningún peligro.
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Afirmaron que el último control se realizó en mayo y no se detectó ningún inconveniente. Es por esto que ven una incongruencia con lo manifestado por la patóloga, que indica que aparentemente el niño tenía el corazón engrosado hace tiempo. Sin embargo, el informe de mayo resalta que no existían rasgos que indiquen que esté con este inconveniente cardíaco.
¿Cuál es su sospecha?
Los familiares apuntan como posible causa de la muerte a la administración conjunta de varias drogas al niño en el procedimiento, así como la manera en que se realizó, de forma directa, y no por goteo como indicaría la indicación médica.
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Hoy no cuentan con los restos del niño, suponen que se encuentran en poder de la patóloga que realizó el estudio, y esperan que se pueda realizar nuevos exámenes que develen la verdadera causa de muerte del bebé.